En esta primera exposición de la dinámica de clases del segundo cuatrimestre, cuatro de nuestros compañeros de clase, expusieron su trabajo “Superando las barreras de la inteligencia”. Con esta exposición, se centraban en el colectivo de superdotados intelectuales.
Cuando hablamos de superdotados intelectuales, la primera imagen que nos viene a la cabeza, posiblemente sea algún pequeño genio, ya sea en el mundo de las ciencias, artes o letras. Sin embargo, ¿sabemos realmente en qué consiste se superdotado intelectual?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a una persona superdotada como aquella que cuenta con un coeficiente intelectual superior a 130”. Sin embargo, reconocer esta capacidad es difícil, pues solo entre el 1 y 2% de la población infantil lo supera.
Esta dificultad para detectar si un niño/a es superdotado intelectual, se deja pasar aun más si cabe por alto, ya que los niños/as que lo son, suelen presentar problemas de bajo rendimiento académico y en algunos casos, incluso fracaso escolar.
Ante el desconocimiento de este colectivo, y los estereotipos que se tienen, es mucho más complejo saber si en un aula, alguno de los niños/as que se suelen catalogar como “revoltosos” son superdotados intelectuales, pues no se puede saber a no ser que a través de test y otras pruebas se conozca el coeficiente intelectual. A menudo, nos podemos encontrar con que el profesorado no suele estar preparado para identificar esta cualidad intelectual, ni fomentar sus capacidades.
La mayoría de los estudios que se han llevado a cabo sobre este colectivo y los programas de educación más especializados, se han realizado en Estados Unidos. El modelo de los tres anillos, elaborado por el profesor Joseph Renzulli, del Instituto de Investigación para la educación de los Alumnos Superdotados (Research Institute for Gifted Education, University of Connecticut, USA), aporta pistas de gran utilidad sobre qué características han de tener los niños o niñas de las aulas para que podamos considerarlos como superdotados: capacidad intelectual superior a la media; alto grado de dedicación a las tareas y altos niveles de creatividad.
Puesto que cada una de estas características se pueden detectar más fácilmente en un ámbito que en otro (p.e. la capacidad intelectual se detectaría de manera más fácil en la escuela, sin embargo, un alto grado de dedicación a las tareas sería más fácil de detectar en el ámbito familiar), sería necesaria la previa concienciación y coordinación entre escuela y familia, para llegar a detectar esta capacidad intelectual, algo que siendo realistas, es muy difícil, ante todo, por el desconocimiento sobre este colectivo.
Por consiguiente, para que se pueda llevar a cabo una buena identificación de alta capacidad intelectual, es necesario tener conocimiento de cierta información básica (sobre aspectos anteriormente citados en el modelo de los tres anillos), y una vez identificada, información complementaria para potenciar esta capacidad.
Dado el grado de dificultad para detectar casos en los que se dé esta alta capacidad intelectual, unido a la falta de conocimiento y atención a los componentes de este colectivo, se hace indispensable la presencia de profesionales que trabajen para detectar esta capacidad y posteriormente, desarrollar el trabajo que sea necesario tanto con el niño/a ó adultos superdotados, así como con sus familias, escuelas ó trabajos.
Se debe trabajar desde una perspectiva en la que se informe tanto al profesorado como a los padres y madres sobre cómo es posible detectar si sus hijos/as presentan una especial capacidad intelectual. Se trata de formar tanto a los profesionales como a la familia desde el ámbito de la educación no formal, para que tanto unos como otros lo detecten, en su caso y a tiempo, para una correcta intervención educativa con el niño/a adaptando su formación educativa de manera personalizada y trabajando tanto con su familia como con el entorno que corresponda.
A través de un diagnóstico precoz, podemos evitar que estos niños/as concluyan en el fracaso escolar, sin embargo, también se precisa llevar a cabo intervenciones con adultos que se encuentran en esta misma situación, algunos que fracasaron en los estudios por no detectar esta capacidad a tiempo, y otros, que teniendo una carrera académica más que brillante se encuentran en el paro debido a síndromes como el burn-out. Aquí dejo este enlace de acceso a una crónica de el diario El Mundo, en el que se muestra como tener una inteligencia por encima de la media, no implica necesariamente una brillante carrera, pues se hace imprescindible una correcta intervención de sensibilización con la sociedad para con este colectivo.
La presentación de los compañeros me ha parecido muy novedosa, ya que a menudo en clase tratamos casi siempre con los mismos colectivos, y este en concreto me era un completo desconocido como colectivo de intervención.
A partir de la elaboración de esta entrada, queda claro lo importante que es, no ya solo intervenir con los miembros del colectivo sino del trabajo de sensibilización que se debe hacer al resto de la sociedad, ya que como bien dice el título de la exposición de los compañeros/as “Superando las barreras de la inteligencia”, somos todos nosotros los que construimos las barreras del prejuicio y la intolerancia con lo que nos es desconocido.
Os animo a entrar en la página web de la Asociación AEST (Asociación Española para Superdotados y con Talento), en la que se explican aspectos novedosos como el proyecto ALCIN, así como jornadas, publicaciones y actividades que llevan a cabo, y me quedo con la frase que recogen en su web y que invita a la reflexión: “No están todos los que son, pero, si lo son todos los que están”.
¡Hasta la próxima!