En este cuarto seminario de la asignatura de Intervención Educativa ante problemas de desadaptación social, que tuvo lugar el pasado 21 de marzo, la ponente Mª del Mar Pilar Fuentes, trabajadora del Ayuntamiento de Sevilla en el distrito Polígono Sur, nos acercó a la realidad desde su desempeño profesional en el Programa de Tratamiento Familiar (PTF).
La ponente nos explicó que las metas que persiguen este programa son, ante todo, potenciar que las familias participen en el programa y proporcionen al menor un entorno adecuado, evitar la separación de los menores del núcleo familiar tratando de trabajar y conseguir la reunificación familiar, siempre que no se vea afectada la integridad del menor.
La ley 1/1988, de 20 de abril de los Derechos y Atención al menor, establece su marco jurídico en materia de promoción y protección de los derechos de los menores, -así como en el artículo 3 instaura que primará el interés superior del niño frente a cualquier otro, como ya hemos visto en seminarios anteriores en el desarrollo de la temática de familia e infancia.
¿Por qué llega una familia al PTF?
Al acudir a los Servicios Sociales Comunitarios, primer nivel de atención, se trabaja con el usuario en el ámbito de la prevención, detección de necesidades así como desde la intervención y reinserción social a través de programas específicos que se ocupan de trabajar con la familia e infancia.
Tras la detección de determinadas necesidades o dificultades que presentan algunas familias, se les oferta una serie de recursos para evitar que se produzcan situaciones de desamparo, promoviendo siempre un cambio positivo en el comportamiento de los progenitores o tutores.
En el caso de que la situación no mejore o se agrave y exista una situación de riesgo (maltrato o negligencia al menor), se deriva a un segundo nivel, en el que nos centramos en este seminario, los Equipos de Tratamiento Familiar (ETF).
Los factores de riesgo que pueden llevar a que se desencadene una situación de maltrato hacia el o la menor son múltiples. Si se unen varios de estos factores, la posibilidad de que se llegue a dar esta situación aumenta peligrosamente. Como siempre es importante aclarar, que el hecho de que se den estos factores de riesgo no quiere decir que necesariamente se desencadene una situación de maltrato hacia el o la menor.
Los factores de riesgo que se consideran como atenuantes de esta situación pueden darse a nivel familiar (microsistema): problemas psicopatológicos en alguno de los progenitores, falta de capacidad empática o desajustes y/o agresiones en la relación matrimonial; a nivel social (exosistema): desde problemas en la situación laboral como puede ser una situación socioeconómica poco estable o nula, el estrés generado, pasando por el entorno social y las relaciones vecinales; y a nivel cultural (macrosistema): crisis económica, movilidad social, actitudes hacia la infancia, la mujer, etc.
En este contexto, surge un convenio en el que participan tanto la Consejería de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía en coordinación con los ayuntamientos para que se pueda desarrollar el PTF.
Desde los ETF, se trabaja en coordinación con las diferentes áreas educativas, así como desde la orientación formativo-laboral, con el objetivo de elaborar un proyecto de vida en el que los padres y madres se sientan motivados a participar por mejorar la situación y poder seguir con la custodia de su hijo/a.
Me gustaría resaltar un aspecto importante que anoté durante el desarrollo del seminario y es que uno de los requisitos fundamentales para poder llevar a cabo el trabajo requerido con la familia del menor, es que éstos acudan de manera voluntaria al Programa de Atención a la Familia.
La voluntariedad ante situaciones de este tipo, implica que existe interés por parte de los padres de seguir viviendo y compartiendo con su hijo. En el momento que asisten a las reuniones que se conciertan desde el ETF, ya son parte activa del cambio, pues están preocupándose por mejorar la situación, todo y cuando puedan hacer para que no les retiren la custodia de su hija.
Seguramente habrá algún caso en el que la familia se comprometa a seguir con los programas y actividades que se les propone y luego no los cumpla, pero en la medida de lo posible, sabemos que se debe intentar favorecer que el menor siga viviendo en el núcleo familiar.
En el caso de que se vea afectada la integridad del menor, por las vivencias expuestas por la ponente y ya pensando en poder verme en una situación parecida en un futuro profesional, debe ser muy difícil dar el paso para que se retire la custodia de un menor. Con la emisión de un informe o una firma, la vida de varias personas no volverá a ser lo mismo, y eso es una responsabilidad muy grande.
Otro aspecto importante es el trabajo en red de los distintos profesionales y ámbitos desde los que se puede abarcar la problemática social que la familia presente. Ya hemos hablado en los anteriores seminarios de la importancia que tiene el trabajo interdisciplinar y no quiero resultar repetitiva, pero no debemos olvidar que son colectivos complejos y que una familia tiene muchos ámbitos de interrelación como hemos visto con anterioridad: entorno, relaciones familiares, situación socioeconómica, situación sanitaria…por lo que se hace realmente indispensable abarcar la situación con la opinión de profesionales especializados en cada ámbito ya que está en juego la situación de una familia.
Este seminario me ha hecho reflexionar sobre qué aspectos son importantes tener en cuenta como futuros educadores/as sociales:
-debemos siempre tener en cuenta que el menor salga favorecido dentro de la situación y preservar su integridad;
-a nivel personal, debemos dejar de lado nuestra propia emisión de juicios y centrarnos en la situación específica de cada familia con la que tratemos (teniendo en cuenta su cultura, su situación, pero no la nuestra).
-la importancia de tener una buena relación con los demás profesionales con los que tengamos que trabajar, ya que si esta es correcta, nos será más fácil trabajar en red, y buscar recursos para ofrecérselos a la familia con la que tratemos, que es la que nos tiene que preocupar.
-no llevar a la situación personal (en la medida de lo posible) el trabajo. Como bien nos comentó la ponente, es difícil ya que se trabaja con personas, no con cosas, pero debemos aprender a limitar vida laboral y vida personal.
-no decepcionarnos ni venirnos abajo con los errores, debemos ser críticos con nuestro trabajo, viendo no solo los aspectos negativos, también el positivo sacar partido a los errores aprendiendo de éstos.
Estos aspectos anteriores son las conclusiones y reflexiones a las que he llegado tras la asistencia y trabajo realizado para este seminario. La verdad, es que las leo una y otra vez y las considero muy importantes, pero también muy difíciles de conseguir.
Este seminario me ha sido de mucha utilidad ya que la ponente se ha centrado en explicar los aspectos más importantes y también nos ha servido de buen ejemplo y consejera para un futuro profesional.
Son aspectos difíciles de conseguir por lo que creo que en el momento que podamos y desde ya deberíamos tener algún tipo de formación complementaria para trabajar estos aspectos. Aunque por otro lado, y como siempre nos dicen “que la realidad supera la ficción”, no será lo mismo algún taller para mejorar las habilidades sociales que el curso que viene trabajar en las prácticas de campo, y mucho menos será ni parecido cuando nosotros como profesionales nos encontremos ante una difícil situación familiar.
De todas formas, y teniendo en cuenta lo dicho, creo que desde la universidad no se nos ofertan muchas posibilidades para trabajar las habilidades sociales, así que tendremos que buscar esta educación no formal fuera del ámbito universitario, pero lo que queda claro, es que por algún lugar tenemos que emprender esta formación, así que buscaremos tiempo para empezar desde ya.
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